MIS LIBROS

Las Casas de La Paúl
Mi primer libro escrito en 1999, con documentación sobre La Paúl. Fue mi primera experiencia como escritor, y aunque hoy en día no lo redactaría igual, ahí quedan los primeros datos sobre mi pueblo; no obstante, estoy trabajando en un segundo libro con nuevos datos.

Introducción, por Mª Dolores Ortiz Abril:
   Ramón F. Ortiz Abril, Moncho para los amigos, nació la tarde del 14 de Abril de 1954.
   Venia deprisa y por ello lo hizo en su cama de nuestra casa de La Paúl (Huesca). Quizás este detalle definió su futuro enraizamiento a este "fuego" y a este pueblo.
   Creció y correteó por estas tierras, junto a sus amigos Carlos, Miguel Ángel, Víctor y Emilio.
   Cursó sus estudios de bachillerato, no sin arduos esfuerzos, guiado por D. Luis Rivas y D. Jesús Aisa, aquí mismo en La Paúl. Posteriormente estudió Maestría Industrial en Zaragoza.
   Ya terminado su periodo de formación inició su actividad laboral dejando siempre su impronta de buen compañero y trabajador.
   Hacia 1995 inicia la puesta en marcha de un proyecto durante largo tiempo deseado: la investigación seria y meticulosa sobre los orígenes de nuestro pueblo. Aquí la personalidad de Ramón encuentra un cauce distinto. La energía y el entusiasmo le acompañan en cada kilómetro de carretera que realiza buscando nuevos indicios que le ayuden a completar, desgranar y conexionar los diversos detalles que configuran el nacimiento de Las Casas de La Paúl.
   Como hermana suya me siento orgullosa de su labor, de su tenacidad y sobre todo de su capacidad para llevar adelante un proyecto.
   Pili, su fiel compañera, ha sido su apoyo en este trabajo de investigación.
   Con estas líneas quiero expresar también el sentir de mis padres y su satisfacción por ver un objetivo tan hermoso cumplido.
   Espero que éste sea el primero pero no el último de sus proyectos en esta línea que ha iniciado.

Loli Ortiz 16 de Julio de 1999.
 



De Burjazud a Villanueva
Libro que cuenta la historia de Villanueva de Gállego. Fue publicado en el 2002. El encargo de su redacción fue realizado por el entonces alcalde D. Javier Urzainqui Biel y el beneplácito de su sucesor Don Marcelino Artieda, dándose la paradoja de que se publicó durante el mandato de Don José Manuel Garisa Sanagustín.


 NURIA ASIN 10/12/2002
Todos los secretos de la historia de Villanueva saldrán a la luz con el libro "De Burjazud a Villanueva", escrito por Ramón F. Ortiz, un vecino del municipio que se considera "gran apasionado y aficionado a la historia y la documentación". El texto se presentará en el salón de actos del ayuntamiento el día 21 de diciembre, a las 18 horas.
El escritor, tras dos años de intenso trabajo, decidió compilar en un solo volumen la información que ha recogido de diversos archivos, como el de Protocolos de Zaragoza, el Histórico Provincial, el de la Casa de Ganaderos o los Archivos Municipales y Parroquiales de Villanueva. Además, para la redacción de su texto, Ramón F. Ortiz ha contado con la colaboración de otros autores y especialistas en historia y documentación como Concepción Contel, José Antonio Fernández Otal o Manuel José Pedraza, quien ha realizado la introducción del libro.
El texto recoge un total de 113 documentos, legajos que comprenden una amplia cronología que va desde 1162 hasta 1915, con los que el autor quiere "ofrecer una visión extensa de los hitos y momentos más importantes por los que ha pasado la localidad", comenta el escritor.
A través de 14 apartados Ramón Ortiz va haciendo un repaso de la historia de Villanueva, empezando por el medio físico y la economía, la religión, las agrupaciones socioculturales, deportivas y religiosas. Tras estos apartados aparece un interesante capítulo dedicado a los nombres propios más destacados del ámbito villanovense, hombres y mujeres que han tenido un intenso papel en el devenir histórico del municipio. El texto continúa con un episodio dedicado a vocabulario y léxico propio de Villanueva, así como un minucioso estudio de las casas nobles relacionadas con la localidad, como los Francés, Robres, Torrellas, etc. Continúa el libro con un capítulo en el que se recogen citas bibliográficas de otros autores, seguido del apartado documental, uno sobre las excavaciones arqueológicas realizadas en la torre mudéjar y dos episodios en los que se recogen las informaciones sacadas del archivo de la Casa de Ganaderos y del Histórico Provincial. El texto se completa con un apartado fotográfico y otro bibliográfico.
Para Ramón Ortiz escribir el libro ha supuesto "una gran satisfacción, sobre todo porque con él he conseguido encontrar documentos de gran valor histórico, como las Ordinaciones de Villanueva de 1466, escritas en lengua romance". El autor, que se considera "un aficionado en la materia", ha escrito su texto a "base de horas de esfuerzo, ya que se trata de un hobbie. Igual que otros disfrutan con el fútbol, yo me entretengo con los documentos".


Presentacion del Libro De Burjazud a Villanueva (22 de Diciembre del 2002)
De izquierda a derecha: Pepe Luna, Ramón F. Ortiz, Fernando Gurrea, Irene Vicente, José Manuel Garisa, Tomás Mallén y Santos Paricio.

Entre las raíces
Recuperando la memoria histórica y oral de Gurrea de Gállego y La Paúl (Huesca).


Publicado 7 de Diciembre de 2003. Cuenta los hechos acaecidos durante la Guerra Civil en las localidades de Gurrea de Gállego y La Paúl.
Autores:
Manuel Martínez Estévez,
Luis Antonio Palacio Pilacés,
Ángel Pérez Aísa
María Pilar Plasin Saldaña
Silvia Sancet Marín
Ana Carmen Tris Torralba
Jorge Tris Torralba
Ramón F. Ortiz Abril






Mis memorias (Alejandro Soteras)
Recuperando la memoria histórica y oral de Gurrea de Gállego y La Paúl (Huesca).
Publicado el 7 de Diciembre de 2003.

Nací el La Paúl, barrio de Gurrea de Gállego, provincia de Huesca, el 6 de junio de 1917. Lamento no tener cultura suficiente para poder escribir ordenadamente mis desventuras, penas o desgracias que la vida, en mi infancia y juventud, me deparó. Creo que tiene algo de interés o, al menos, algo de curiosidad.
Voy a intentar escribir todo lo que sea capaz de recordar después de tantos años, ya que no poseo ninguna anotación de fechas ni nombres.
No hay nada imaginado, más o menos todo ha sido visto o vivido, o ha tenido alguna relación en mi vida. Zaragoza, 1970.




Diversa Documentación sobre
La Baronía de Gurrea.
Libro publicado en 2004. Cuenta toda la historia de la Baronía desde el año 1134 hasta el 23 de julio de 1936, fecha en que muere el último barón Don Nicolai Juan Megapano Papanicoli.
El barón que figura en la portada es el fundador de Las Casas de La Paúl (Don Cristóbal-Pío Funes de Villalpando Sanz de Latrás Abarca y Bolea).

Cronica del Bajo Gállego.

12/04/2005
El villanovense Ramón Ortiz ha editado su cuarto libro. Bajo el título "La Baronía de Gurrea", el investigador ha recogido una extensa colección de documentos en los que se resume la historia de este título nobiliario y los hombres que lo han llevado y defendido.
Para ello, Ortiz ha tenido que navegar en muchos archivos, como el Histórico Provincial de Zaragoza y de Huesca, el de Protocolos Notariales de Zaragoza y el de la Casa de Ganaderos, también de la capital aragonesa.
Un duro trabajo que le ha ocupado durante un año y medio y que ahora tiene su recompensa en esta publicación, que no será la última, porque ya está trabajando en la próxima: "Supra Cesaraugusta".
Supra Cesaraugusta. Recopilación documental sobre el monte de "El Castellar" (1091-1974)
Libro publicado en 2005. Narra la historia antigua del monte de "El Castellar" hasta su paso a campo de maniobras militares.




16/01/2006
   Ramón F. Ortiz presentó su nuevo libro, el quinto ya en su carrera editora, el 17 de diciembre en el salón de plenos del consistorio villanovense. En la misma estuvieron presentes representantes del consistorio, así como Fernando Gurrea, Subsecretario de Educación del Ministerio de Educación y Ciencia y Eulogio Soriano, profesor emérito de Lengua y Literatura de la Universidad de Zaragoza.
Con el título "Supra Cesaraugusta", el escritor hace una recopilación documental sobre el Monte de El Castellar --actualmente ocupado por la Academia General Militar--, así como datos fechados entre el 1091 y 1974.


Presentación del libro Supra Cesaraugusta (17 de Diciembre del 2006)
De izquierda a derecha: Fernando Gurrea Casamayor, Eulogio Soriano Lázaro, José Manuel Garisa Sanagustín, Ramón F. Ortiz Abril e Ignacio Asensio Calvo.

El Campo de Concentración de San Juan de Mozarrifar (Zaragoza).
Libro publicado en 2009. Cuenta de la existencia de un Campo de Concentración Franquista durante la Guerra Civil y la posguerra.



CRONICA DEL BAJO GÁLLEGO:


Ramón F. Ortiz ha escrito un libro sobre San Juan. 08/06/2009
El historiador villanovense, Ramón F. Ortiz, acaba de publicar un nuevo trabajo que bajo el título "El campo de concentración de San Juan de Mozarrifar", recoge la historia de esta institución, que permaneció abierta desde 1938, hasta 1944. Se trata de un texto que arrancó "por casualidad, cuando encontró nueve legajos en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza", reconoce. Fue el comienzo de un largo proceso que culmina con la publicación de este trabajo, que cuenta, en primera personas, las experiencias de algunos de los presos que estuvieron ahí.
En los primeros años de vida, hubo 1.232 reclusos. Todos ellos tenían cosas en común, además de estar privados de su libertad. Concretamente, estaban ahí por ser republicanos, y, muchos de ellos combatientes, "predominantemente, procedentes de la Batalla de Teruel", apunta el experto.
Si bien, según el autor, "el libro no quiere ser un texto político, ni de izquierdas, porque igualmente lo hubiera escrito aún siendo gentes del otro bando". Una afirmación que responde "a la curiosidad que me suscitaba este centro que, para muchos los de San Juan, es desconocido. No sé si a conciencia, para olvidar lo que se hizo en él, o porque realmente no lo recuerdan", apunta Ortiz.
Los que sí saben muy bien lo que pasó en este lugar son los testimonios que Ramón recoge en el libro. Palabras de gentes de Uncastillo, Marracos, de Huerto (Huesca) y hasta de Alcañiz, donde nació Paulino (no quiere mostrar su apellido), la experiencia que más ha conmovido al investigador. Llegó al campo de San Juan procedente de la Academia General Militar, donde también había una cárcel para los republicanos. Aunque pronto se le asignó una misión: ser espía de Franco, algo que acepto "para poder escapar de San Juan". Una historia que se acompaña de otros cientos de personas que, como él, estuvieron en este lugar. Muchos de ellos están documentados en la lista que Ramón Ortiz ha elaborado como colofón de este texto que se quiere presentar en San Juan, para recordar una parte de su historia.

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN:


Entrevista realizada por Joaquin Carbonell 13/07/2009

--¿Se ha estudiado bastante el tema central de su libro?
--Globalmente los centros penitenciarios, sí; el centro de Mozarrifar, no.
--Pues fue muy importante.
--Sí, pasaron por allí unos 45.000 detenidos. Tenía tres funciones: primera línea de retaguardia para evacuar; la segunda, para recalificar y desviar a otros centros y finalmente, prisión con población estable.
--¿Qué le interesó a usted?
--Con un colectivo llamado Casa libertad 23 de julio de Gurrea de Gállego, hicimos un libro titulado Entre las raíces sobre los acontecimientos en La Paúl y Gurrea. Ahí aparecieron unos documentos relacionados con Mozarrifar, y me lancé a hacer un trabajo.
--Mientras recopilaba creo que escribió otros dos libros.
--Sí, uno Supra Cesaraugusta, que es el Castellar, actual campo de maniobras, y otro sobre la Baronía de Gurrea, un tema medieval que me encanta.
--Pero usted no es historiador...
--Yo soy ambulanciero, lo hago por hobbie. Soy de los que piensa que hay que hacer una actividad paralela al trabajo y como a los 40 dejé de jugar al fútbol, me busqué esta. Y claro, empecé por lo más cerca, mi pueblo, La Paúl, con Las casas de la Paúl.
--Me llama la atención que en su estudio sobre la prisión de San Juan hable de que Franco iba a conceder a Aragón salida al mar.
--Así es, vino publicado en El Noticiero del 27 de agosto de 1936. Se dice que Franco iba a conceder que Tortosa fuese la cuarta provincia de Aragón. Tortosa estaba por la labor, pero no por ser parte de Aragón, sino por independizarse de Cataluña. Y eso es algo que siempre se ha hablado en la zona, lo sabe todo el mundo.
--Me interesaron mucho las entrevistas personales que realizó a testigos personales de la prisión.
--De esas entrevistas solo vive uno de Uncastillo, Antonio Rived Palacios. Al estar en el colectivo se tiene conocimiento de gentes relacionadas con este asunto. Yo le entrevisté con magnetofón y como se ve en el libro la gente es muy clara y muy directa contando sus historias. Es curioso que de San Juan de Mozarrifar no hubo nadie preso.
--¿Qué queda ahora en San Juan de ese edificio?
--El solar, que son tres hectáreas más el edificio principal, que era una papelera y está alquilado por una chatarrera.
--¿Tuvo repercusión el libro en la zona?
--Sí, pero aún lo vamos a presentar el 22 de agosto en Uncastillo y en San Juan también en agosto, en la Semana Cultural.
--¿Lo próximo?
--Será también un asunto de mi pueblo, sobre el bandido Mataguardias de La Paúl.

LUNES, 16 DE ABRIL DE 2012


Comentario extraído del Blog, TODOS LOS ROSTROS.


Sus desdibujadas siluetas emergen de la oscuridad. Se alzan entre las espesas brumas del olvido y desde los deslavazados jirones de tiempo demandan nuestra atención y nos exigen que recobremos su memoria, la nuestra y la suya; que rescatemos sus nombres, ahora anónimos, de los inclementes torbellinos que engulleron sus recuerdos; que restauremos el lugar que sus malhadadas vidas aún deben seguir ocupando en nuestro presente y en nuestra propia historia; que señalemos, marquemos e identifiquemos a los ejecutores que los arrastraron al cadalso y los sumergieron en la honda negrura del vacío y que caractericemos a los herederos y beneficiarios de los que les dieron prisión y martirio, asesinando su cuerpo y aniquilando su espíritu. 


Están ahí. Sólo hay que buscarlos. Nos llaman. Son los cientos de miles de hombres y mujeres que padecieron prisión y muerte en cientos de lugares de encierro, terror, tortura y eliminación diseminados por todo el relieve de la vieja España. Como tantas otras localidades, San Juan de Mozarrifar, pequeña población cercana a Zaragoza, tampoco estuvo al margen de las implacables corrientes de la todopoderosa infrahistoria fascista. En las naves de su antigua papelera convertida en campo de concentración y más tarde en prisión, miles de republicanos vieron naufragar sus vidas entre el dolor y el miedo. 80 años después todavía viven algunos de ellos, los últimos, y en sus sueños aún huyen del acecho y de la persecución eterna de los feroces adoradores de la muerte. Siguen rememorando los meses y años de zozobras, de padecimientos, penuria y sufrimiento gratuito. Pero entre nosotros sus recuerdos se han ido difuminando, sus terribles historias de represión han sido literalmente borradas por la inexorable marea de los indiferentes nuevos tiempos y sus ejemplos de vida política y de compromiso con la libertad ya no interesan a nadie.

Cierto es que historiadores comprometidos con la dignificación de los represaliados por el franquismo, como Julián Casanova, Javier Rodrigo o Ángel Viñas se han referido con frecuencia al campo y prisión de San Juan de Mozarrifar en sus numerosas publicaciones dedicadas al proceso de Recuperación de la Memoria Histórica. También en ponencias y comunicaciones presentadas a congresos y jornadas centrados específicamente en la represión suele aparecer el nombre de San Juan entre las cárceles y campos de concentración más duros del terrible régimen penitenciario franquista. Pero es la edición de la obra de Ramón F. Ortiz Abril titulada "El campo de concentración de San Juan de Mozarrrifar (Zaragoza)" [ISBN 978-84-613-1813-1 www.huelladigital.net] la que ha permitido rescatar del férreo abrazo de la desmemoria los nombres, apellidos y vicisitudes más humanas y personales de las desgraciadas vidas y muertes de los miles de hombres que por allí pasaron.

En 1936 era San Juan de Mozarrifar un pueblo tranquilo, laborioso e industrial, pero el fracasado golpe y la subsiguiente guerra lo cambio todo. El exitoso avance franquista de 1937 que ocasionó el derrumbe en todos los terrenos del Frente Norte y la derrota del Ejército Popular Republicano en la cornisa cantábrica provocó que más de 50.000 soldados republicanos fueran hechos prisioneros en pocas semanas por los franquistas triunfantes en Asturias, Santander y Pais Vasco. Tras su interrogatorio, clasificación y posterior depuración, los presos fueron hacinados en campos y prisiones improvisadas en las provincias de Burgos, Soria y Zaragoza.  Uno de ellos fue San Juan, a orillas del río Gállego, junto al Tejar de San Juan. Las naves de la antigua Papelera de las Navas habían estado ocupadas hasta entonces por un batallón del Cuerpo Expedicionario Italiano y por prisioneros integrantes del Batallón de Trabajadores nº 20, pero a partir de febrero de 1938 el ejército franquista procede a asegurar puertas y ventanas, electrifica el campo y levanta tapias, alambradas y garitas.


En el inicio de su actividad, miles de republicanos son encerrados en este campo de concentración divisionario bajo la vigilancia de soldados fascistas italianos para ser interrogados, clasificados según su grado de supuesta "culpabilidad" o vinculación con los leales a la República y posteriormente remitidos a otras prisiones y campos de sus lugares de origen, para allí ser juzgados, condenados y en muchos miles de casos, asesinados. Las nuevas derrotas del EPR en Teruel (febrero/abril 1938), Ebro (julio/noviembre 1938) y Cataluña (diciembre 1938/febrero 1939) provocaron nuevas oleadas de prisioneros a San Juan. El incesante trasiego no finalizó con la guerra. Miles de republicanos procedentes de los antiguos frentes vascos, catalanes y aragoneses, de las antiguas retaguardias navarras y castellanas y de las nuevas conquistas en Madrid, Ciudad Real, Extremadura, Andalucía y Levante fueron deportados a San Juan y desde allí, posteriormente, trasladados a Aranda de Duero y Miranda de Ebro (Burgos), San Marcos (León) y tantos otros lugares. Pero antes de abandonar San Juan hacia sus nuevos destinos, los presos eran tratados muy duramente por sus carceleros. Muchos de ellos recibieron severas torturas, siendo atados de pies y manos a árboles y postes eléctricos a la intemperie a lo largo de varios jornadas. Otros fueron colgados de cuerdas durante días enteros. España era una inmensa prisión y las condiciones de San Juan eran similares a las del resto de los centros de detención e internamiento: torturas, malos tratos, suciedad, hambre, enfermedades sobrevenidas, parásitos, sacas, paseos y muerte. De San Juan de Mozarrifar se enseñoreó el espanto.

Convirtiose más tarde San Juan en un centro de cumplimiento de penas, el conocido hasta finales de 1943 --fecha de su cierre-- como Prisión Habilitada de San Juan de Mozarrifar y albergó también un Destacamento Penal y a un Lazareto de presos estables. Incluso acogió a presos comunes, algunos de los cuales golpeaban sañudamente a los políticos para ganarse el favor de sádicos y fríos carceleros. Entre los funcionarios más señalados, podemos encontrar, por ejemplo y entre muchos otros, a los directores Francisco Franco Blas y Teodoro Quirós Toledano, a los subdirectores y administradores Joaquín Garnica Grijalva,Manuel Pinillos Cruels, Isaías Castellanos Sánchez, Juan Lafuente Gallego y a cientos de funcionarios y personal civil. Por acción, omisión u obediencia debida, estos funcionarios provocaron o consintieron que los presos fueran retenidos, maltratados cruelmente, torturados o sacados y asesinados. 

En algún lugar de San Juan o de San Gregorio o de Zaragoza está la fosa ignota de los allí fallecidos. En su momento, era fácilmente identificable: muchas tumbas, filas de tumbas destacando sobre el terreno por la pequeña elevación del breve montículo de tierra, sin una cruz, con una pequeña plancha de madera y una minúscula chapa del tamaño de una moneda corriente, con un número inscrito en ella. Este era todo el rastro vital que dejaron en este mundo los republicanos muertos en San Juan de Mozarrifar.
Entre tal terror, como en tantas cárceles de hombres y mujeres, los presos dormían en finos petates tendidos en los suelos, todos juntos y prietos, en largas hileras sin fin, y como en el Pabellón 4º de San Juan, hombro con hombro, en una única lonja, con un único pasillo de 50 centímetros en el centro de dos grandes hacinamientos de 500 presos a cada lado. Algunos, muy pocos, consiguieron fugarse o desaparecieron cuando lo intentaban, reptando bajo una alberca por un estrecho túnel que comunicaba con la acequia que conducía al río Gállegos. Los escasos supervivientes recuerdan los cacheos indiscriminados, los recuentos en mitad de la noche, los gritos de los funcionarios reclamando por sus apellidos a los que iban a ser trasladados o paseados, el miedo, la incertidumbre.... 

El terror de San Juan de Mozarrifar se ha perdido en el tiempo. Las arenas del olvido se adueñaron de las memorias de quienes tenían el deber de recordar. Hoy, sólo unos pocos como Ramón F. Ortiz Abril se esfuerzan por impedir la prescripción del vergonzoso pasado. La premeditada amnesia y la indiferencia cómplices son sus mayores enemigos.



PUBLICACIÓN ARTÍCULO CAMPO CONCENTRACIÓN SAN JUAN MOZARRIFAR


Recibidos
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trucanos trucanos@joreate.com

mar., 10 nov. 2015 1:51
para 

Hola Ramón:
    No te había contestado hasta ahora, pero ya le he echado un vistazo a tu blog, y la verdad es que es alucinante la cantidad de información que has publicado sobre un pueblo tan pequeño como el tuyo. Enhorabuena por tu trabajo.
    Por otra parte ya he publicado el artículo del campo de concentración, y en 24 horas lo han visto más de 500 personas. Estoy muy satisfecho por la acogida que está teniendo, y te estoy muy agradecido ya que sin tu libro hubiera sido imposible hacer mi modesto artículo.
Esprisión Chorche.



Las Casas de La Paúl 2

Libro publicado en el mes de Agosto de 2013. Consta de 6 capítulos, a saber: 

1º - El Castillo Musulmán de Salcey.
2º - San Bartolomé, de Ermita a Iglesia.
3º - La Fábrica de la Luz.
4º - Las Escuelas Nacionales.
5º - Los Pauleros, Zaragozanos en Huesca.
6º - Primeros pasos para la segregación.



Prólogo de Don José Ramón Marcuello Calvín, periodista y escritor:

   Casi década y media después de su primera entrega, Ramón Ortiz da a la estampa (bellísima expresión tipográfica que el tiempo y las nuevas tecnologías se han encargado de arrumbar) esta segunda parte de "Las Casas de La Paúl", que complementa y encaja con la primera cómo las dos piezas de una tésera romana de hospitalidad. 

   Viejo y entrañable amigo, paulero y casi-casi pariente, Ramón y yo compartimos algunas circunstancias sobre las que ha ido enraizando y creciendo una sincera y mutua amistad al margen de que nos veamos "de Pascuas a Ramos" (o, a lo mejor, "precisamente" por ello).

   Una de estas circunstancias y sin duda la más importante es que por las venas de ambos corre sangre paulera, por mi parte sólo en la totalidad de los glóbulos ancestrales paternos y por la suya, en todo su espectro hematológico, como nacido mismamente en La Paúl y, además, en casa como él confiesa (y yo añado: probablemente aprovechando que estaba aquel día su madre por ahí).

La segunda es que, a pesar de las "seis o siete quintas" que le llevo (desafortunadamente para mi, claro) de ventaja, compartimos muchos recuerdos pauleros probablemente sin que él lo sepa. En una parte de la primera entrega de "Las Casas de La Paúl" que él titula "Me gustaría recordar siempre", Ramón, Moncho para los amigos, evoca lugares, situaciones, nombres, rincones, términos, partidas, comidas o paisajes que yo guardo en mi memoria con una pasmosa nitidez.

   Dicen que la biografía de una persona cabe en la palma de la mano de su lejana infancia. Y eso es rotundamente cierto en la parte que, sin haberlo hablado nunca entre nosotros, compartimos Ramón y yo: los recuerdos de nuestra infancia. Sin duda la media docena de años que le llevo por delante hace que algunas situaciones que él evoca yo ya no las hubiera "fotografiado"ben mi memoria, que además era exclusivamente veraniega y, preferentemente, "festera".

   Eso no obsta para que cuando Ramón menciona de pasada el puente de Gurrea sobre el Gállego, a mi me venga con total nitidez a la memoria la imagen del miedo, casi pánico, que pasé cruzando por la estructura de madera sobre pilastras y andamios del puente aún en obras un día que fuimos a hacer no sé qué cosa mi tío Gregorio y yo andando y cruzando por el barranco del Tejar.

   Y recuerdo el temor que a un niño de Jaca recién bajado del renqueante "Canfranero" (mitad ruido y la otra mitad humo negro y carbonilla) le producía cruzar el Gállego sobre un carro por El Vado u, alguna que otra vez, por el inquietante Pontón.





Presentación del libro "Las Casas de La Paúl 2", el 23 de agosto de 2013. Pabellón de La Paúl. De izquierda a derecha: José Ramón Marcuello Calvín. Ramón F. Ortiz Abril y Luis Antonio Palacio Pilacés.













   Y evoco con radical facilidad el momento en el que salíamos la chiquillería a esperar a los músicos que venían para San Bartolomé. Y el corte que me hice en un pié bañándonos en el Paradero de la Acequia ante los constantes gritos de las mujeres que lavaban la ropa junto a la herrería del Sr. León o donde bajaban a beber y a nadar las ocas que arreaban mis parientes de casa Melero. Y aún les enseño a mis nietos cómo hacíamos los barquicos de hoja de caña que soltábamos en la boca e íbamos a ver llegar al otro lado del Gallipuente. Y aún me parece sentir el profundo aroma que venía del horno cuando íbamos con mi tía Bernardina a cocer las tortas de moño, los fullatres y los dobladicos para las fiestas.

   Y es que nada, absolutamente nada de lo que pasa por la puerta de los cinco sentidos de un niño se olvida nunca. Por eso me reconozco intensamente (como lo harán todos los pauleros cuando lean este o el anterior libro) en los recuerdos escritos de Ramón Ortiz. No me ocurre lo mismo con la parte exclusivamente documental -una ingente y tenaz labor de curiosidad e investigación que constituye la tercera circunstancia que ambos compartimos-, pero sí me ha resultado igual de interesante por dos motivos: Uno, porque Ramón ha trabajado a lomo caliente en decenas de archivos, bibliotecas y fuentes escritas u orales para dejarnos, en perfecto estado de digestión, una interesantísima documentación histórica, tanto literaria como gráfica. Y dos: porque algunas de las "cosas" que nos cuenta en esta segunda entrega enlazan, con total precisión documental, con escenarios que conocimos de niños en su evolución o casi en su construcción, como es el caso del puente, de la restauración de la iglesia o las escuelas.

   Mención aparte merece sin duda esa primera e interesantísima aportación que Ramón -aun no siendo un investigador profesional, aunque sí un tozudo y honesto autodidacta- hace respecto del antiquísimo castillo musulmán de Salcey y muy curiosa y útil es sin duda alguna la información que nos aporta acerca de la llegada de la luz a La Paúl.

   Estamos, en suma, en "la antevíspera" de una autentica fiesta, en el prólogo de un gratificante regalo: saber más de nuestro (también mío en buena parte) pueblo, La Paúl, donde vivimos los mejores momentos de nuestra ya lejana infancia. Gracias, Moncho, por tu esfuerzo, tu generosidad y, en mi caso, por nuestra vieja, sincera y mutua amistad.
José Ramón Marcuello
Periodista y escritor.


CRÓNICA DEL BAJO GÁLLEGO, SEPTIEMBRE DE 2013.

NURIA ASIN.

Un castillo, anclado en la Peña Mascarada.

Ramón F. Ortiz, recoge en su último trabajo curiosidades sobre su municipio.

Ramón F. Ortiz acaba de presentar el que constituye su séptimo trabajo de investigación. "Las Casas de La Paúl 2". Lo hizo en su municipio natal y el que da nombre al libro, dentro de las fiestas locales, dedicadas a San Bartolomé. Fué el 23 de agosto y contó con el apoyo de José Ramón Marcuello y Luis Antonio Palacio.
En esta ocasión, el historiador, afincado en Villanueva de Gállego, hace un recorrido por diferentes lugares de su municipio natal, como la ermita de San Bartolomé, la Fabrica de la Luz y las Escuelas, para luego adentrarse en la indiosincrasia de los pauleros. Además, abriendo el texto del libro aparece un capítulo dedicado a la Peña Mascarada, el castillo musulmán de Salcey, que ahora pertenece al término municipal de La Paúl, pero que antiguamente fue zufariense.
De la fortaleza nada queda, solo las huellas que su construcción en madera dejó en la peña en la que se enclava. Es más, durante años ningún vecino podía pensar que en aquel escarpado había habido una construcción que protegía la localidad. Así, la curiosidad de Ramón Ortiz le llevó a investigar esta zona, animado <<porque se han encontrado en la zona muchos restos, como cerámicas o monedas, porque en mitad de la peña había una gruta, llamada por los vecinos como la de la Agüelica Pez, y porque existían agujeros grandes excavados en ella que no respondían a nada en concreto>>, explica.
Dicho y hecho, con un amigo montañero de Villanueva de Gállego, Juán F. Calderón, realizó una expedición para comprobar, in situ, que eran dichos agüjeros, que, con el paso de los años <<he sabido que eran donde se anclaban los maderos que sujetaban la construcción defensiva, que era toda de madera, al más puro estilo de los castillos que se construyeron por las zonas defensivas, Cinco Villas, por ejemplo>>, apunta el investigador.
Esta hipótesis también la ha corroborado la Asociación para la Recuperación de los Castillos Aragoneses (A.R.C.A), así como el profesor de la Universidad de Zaragoza, Don Bernabé Cabañero. Con ambos <<me puse en contacto para pedir ayuda y poder aproximarme más a lo que había sido esta fortaleza>>, comenta el escritor del texto.
Para Don Bernabé Cabañero, tal y como reproduce el texto de Ramón F. Ortiz, <<se trata de una fortaleza de la Alta Edad Media de aspectos fundamentalmente ligneo, recuperándose en época islámica para la construcción de un castillo vigía, no muy consistente, en una etapa cronológica en la que en la zona no se daba mucha actividad>>.

   




CASETAS VIEJAS: Libro publicado el 14 de Septiembre de 2016, de edición limitada.



CHARLA SOBRE EL MONTE DE "EL CASTELLAR" EN TORRES DE BERRELLÉN:


Biblioteca Torres de Berrellén
Charla-coloquio con el escritor Ramón F. Ortiz Abril, sobre su libro "Supra Cesaraugusta".
Sábado 10 de Noviembre del 2018, a las 18 horas en el salón de la Sociedad, Asociación Juan Pablo Bonet.



REVISTA "EN SOCIEDAD" Nº 6 Y PÁGINA 12 DE LA ASOCIACIÓN JUAN PABLO BONET DE TORRES DE BERRELLÉN:


Un libro documenta la historia del pueblo de El Castellar. El autor de "Supra
Cesaraugusta" visitó la Sociedad para presentar su detallado trabajo.


El día 10 de noviembre, como preámbulo a la presentación del número 5 de esta revista, la Asociación Juan Pablo Bonet invitó a Ramón F. Ortiz Abril, autor del libro "Supra Cesaraugusta", una recopilación documental sobre el monte de El Castellar entre los años 1091 y 1974, a que hiciera una exposición de su libro en el salón de la sede de la Asociación.

Los documentos contenidos en el libro comprenden desde el año 1091, en el que se concedió la carta puebla o carta de población hasta el año 1974 en el que se expropió la totalidad de la superficie de monte de El Castellar para crear lo que conocemos como el campo de maniobras (militares) de San Gregorio.

El autor de La Paúl (Huesca) inició su exposición con numerosa asistencia de público enumerando los títulos de otros libros que ha escrito y explicando que su afición comenzó tras jubilarse (era la de ambulanciero). Se animó a conocer la historia documentada de su pueblo y de otros lugares cercanos o relacionados con este. Afición que le ha llevado a publicar varios libros.

En su apasionada charla contó las innumerables horas pasadas en distintos archivos como los de la Casa de Ganaderos de Zaragoza o el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza donde leyó cientos de documentos de los que ha podido extraer la información reflejada en sus libros. Invitó a los presentes a que visitaran esos mismos archivos y se interesaran por la abundante información sobre Torres contenida en los documentos allí conservados.

Al final de la exposición el autor obsequió tanto a la Asociación como a la Biblioteca, representada en Maite Miramón, con una reproducción de la carta puebla original del monte de El Castellar.